viernes, 9 de agosto de 2013

Esperanza y Porvenir

Salto de la cima de una montaña, y en el vuelo siento al viento que aviva mis sentidos. Mis ojos lagrimean y mi cara se entorpece, pero respiro un aire tan profundo que llena mis pulmones de libertad, y nada es lo que parece. Los pájaros acompañan mi andar y la vegetación me manifiesta palabras de esperanza, mientras una cara conocida se forma frente a mi. Dice palabras extrañas, pero con un significado oculto. Es difícil razonar mientras el océano cada ves se encuentra mas cerca. Pero con todo mi esfuerzo logro descifrar dos palabras: porvenir y esperanza. La imagen desaparece y mi cuerpo se encuentra, en un golpe abrumador, con el mar. Estoy debajo del agua, como perdido, desorientado. Las dos palabras rondan por mi cabeza, y le intento buscar un sentido. Observo a mi alrededor, y un caballito de mar, diminuto, se acerca hacia mi, y se posa sobre mi nariz. No entiendo si el golpe me esta haciendo delirar. Mis ojos buscan la posición adecuado para no dificultar mi visión, y cuando logro mirarlo, se impulsa hacia la superficie como si pudiera vivir fuera del agua. Mi cuerpo se sumergió lo suficiente, y el oxigeno de mis pulmones también me empuja hacia arriba. Cuando siento el aire, respiro profundamente y lo primero que percibo, es al pequeño caballito de mar que sin decir nada vuelve a insertarse en las profundidades del océano. Nado hasta la orilla, y el sol despierta nuevamente mis sentidos. Nada fue un sueño, todo fue un mensaje.

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