Casi no podía mirarte, era difícil abrir mis ojitos. Cuando te conocí, en aquellos días en que todo era confuso, complico mi
razón descifrar quien eras. Pero los abrazos y besos que me dabas, eran
suficiente para comprender que serías alguien importante. Me deje llevar por los sentimientos que me abordaban, sentía tu pecho que me alimentaba, tus cosquillas que me hacían sonreír, tus miradas atentas que me daban seguridad, y vivimos juntos momentos inolvidables. Los años pasaron, y pude llamarte por tu nombre real,
mamá. Te dije mami, má y hasta mamita durante muchos años. Te llame por tu nombre cuando estaba enojado y hasta ni siquiera fue necesario decirte nada para que entiendas que te necesitaba. Me ayudaste a entender la vida, me comprendiste cuando comencé a sentir, me acompañaste cuando lo necesité y hasta lloraste escondida tras una mascara de hierro para que no me diera cuenta que estabas mal.
El tiempo pasó y tu labor quedo asentada en mi como la flor sobre la tierra. Soy mayor y pude con el legado que me dejaste. Soy producto de muchas cosas, y entre ellas, de tu mensaje. Pero se te olvido decirme que tan complicada era la vida de grande, y hoy, me cuesta un poco estar en todo. Hago lo que puedo, mientras puedo, para poder devolverte un poquito de lo que me diste. Pero quizás, no sea suficiente.
Estas lineas son solo para recordarte que siempre estas en mi camino, tal vez, no como aquellos días en los que me acompañabas de la mano por ese sendero de conocimientos. Quizás, hoy me acompañen otras personas, pero de algo estoy seguro y es que en el trayecto, siempre, pero siempre, estas observandome y te estoy respondiendo con una mirada relajante cada paso que doy.
Te Amo Mamá.

sin palabras amigo, me uno en esas letras para expresar dichos sentimientos hacia mi madre, saludos
ResponderEliminarGracias Sergio, es gratificante el solo hecho de saber que a una persona en este mundo, le llegaron mis palabras. Un abrazo!
ResponderEliminar