Ella respondió fuerte y segura con una sola palabra: ¡Dale!. Viajé ese fin de semana, y tuvimos la primera salida los tres. Recuerdo haberlo llevado a McDonalds, y jugando con un laberinto dibujado sobre el papel donde se apoyaban las comidas, le dije: Si ganás, me toca una prenda a mi. Y obviamente, me deje ganar. Su prenda elegida para mi fue que vaya a un edificio que se visualizaba por la ventana, y me tirara desde el piso mas alto. Sonreí sarcásticamente. Era claro que una persona había llegado a su vida y que estaba quitándole(a la visión de un chico) a su madre. Quise comprar su amor con regalos, con dinero, pero no sirvió. Entonces comencé a intentar desde la palabra, pero estaba completamente cerrado a comentarios mios. Intenté, me golpeé, pensé y volví a intentar, hasta el día de hoy.Unos meses después, alquile una casa y nos fuimos a vivir los tres. Vivimos cosas muy lindas, y cosas horribles. Nos peleamos, lloramos, salimos de paseo, nos reímos y nos volvimos a pelear. Pero siempre buscando alimentar el amor que comenzamos a sentir desde el primer día.
Roman, hoy tiene 11 años, es mi primer hijo, y hace 4 meses llego Benicio, el segundo. Benicio lleva mi apellido, y Roman el de su madre. Pero vamos a hacer el tramite de adopción, porque tanto Roman como yo, sabemos que somos una familia y necesitamos ensamblar esta relación que comenzo con vidas separadas. El me tomó como padre, y yo como hijo.
Tengo una familia hermosa, que no comenzo de la manera ideal que nos enseño esta sociedad. Y eso, es lo que me pone mas orgulloso de mi, haber roto el esquema que me impusieron.
Solo quería compartirlo, para mostrar al mundo que no todo tiene que ser como nos dicen.
Esto va dedicado a mi 3 amores, a mi familia: Ana, Roman y Benicio.
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