Hoy es un día mas en mi historia, y mi historia, es una mas en las millones de historias que guarda este mundo. Somos productos de historias pasadas, y seremos historias que marcaran el futuro. Y no puedo dejar de pensar en ser parte de la historia, de la mejor manera posible. ¿Ser o no ser?, pero, ¿para quien o para que?. A veces, cuando pienso de manera abstracta, imagino que puedo volar, y mi dirección, es el cielo. Abro los brazos, y con un salto tranquilo despego mi corto viaje hacia esas nubes borrosas que se ven en el horizonte de un amanecer templado. No me detengo, continuo hacia el exterior de este planeta acogedor, y me siento sobre una estrella a observar un mundo intransigente, la tierra. Veo como millones y millones de puntitos se mueven como si fueran granos de arena suspirados por el viento. Siempre hacen los mismo, repiten la secuencia. Y en ese momento, me doy cuenta que algunos granitos, se mueven en direcciones diferentes, no siguen el patrón de aquellos que asumen la vida como una rutina. ¡Quiero ser uno de ellos!, dice una voz con tono de seguridad dentro mio. Somos producto de lo que realizaron nuestros antepasados, y seremos una marca para los que vienen, y desde mi punto de vista, desde los ojos de este grano de arena, uno puede elegir si dejarse llevar por el viento, o buscar un lugar donde el viento no nos dirija. Lo interesante, a mi parecer, es que nuestra vida, tenga un significado para los que vendrán, dejando la huella de nuestro recorrido. Me sentiré realizado, cuando sienta que le dejo algo a esta vida mas que un vuelo incesante causado por el despertar de la brisa.
¿Cuando diré basta?, cuando mi búsqueda haya concluido, y pueda marcar el planeta. Cuando vea esa marca, solo me adentrare en el ligero exhalar del viento para que me desplace al siguiente camino. Mientras tanto, no me busquen, puedo estar volando en dirección contraria.
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