lunes, 22 de julio de 2013

Amigos, para siempre.

A vos amigo que estuviste cuando mas te necesite, que recordaste llamarme en aquellos momentos en que la tristeza empapaba mis emociones, que olvidaste mis errores evitando sumar el rencor en tu burbuja de sentimientos, que me diste un abrazo para calmar mis heridas, que perdonaste mis desencuentros, que entendiste mi distancia, que interpretaste mis necesidades, que diluiste mis malestares, que dibujaste una sonrisa, que refrescaste mis ansiedades. 
Sos mi amigo desde el momento en que mis ojos y mi corazón vieron en vos esa persona capaz de acompañarme en el camino de la vida. Juntos aprendimos a vivir, a recorrer. Comprendimos el porque de las pequeñas y sencillas cosas. Me elegiste, te elegí, y te volvería a elegir. 
En los recuerdos mas hermosos que mi mente puede procesar, siempre dejas tu huella. Esa huella que es producto de un pacto que firmamos el día que nos conocimos, el pacto de la amistad.
Con respeto, valentía y dedicacion afrontaste los desafíos que nuestra unión nos impuso, y nunca olvidaste los detalles para continuar hasta el día de hoy. Tu tolerancia me permitio errar teniendo presente que seguirías ahí. 
Aunque muchos pensemos que el día del amigo es cada día, en ocasiones olvidamos recordarlo. Y por eso, quería que sepas quien sos visto por lo ojos de la amistad. 
Recuerda, siempre, que aquí estoy, y que aunque en ciertos momentos de nuestras vidas parezca que nos perdimos en el medio de la selva, siempre estaremos dentro del mismo lugar. Solo bastara con mover con nuestras manos las ramas que interfieren el camino, para poder mirarnos a los ojos, y saber que seguimos siendo amigos. Para siempre.


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