Mucho hemos escuchado los Argentinos sobre la grieta, esa palabra utilizada para identificar el centro de la división que tenemos como sociedad. Discriminar es diferenciar una cosa de otra, y en la historia de la humanidad, hemos utilizado este termino de forma nefasta asociándolo al racismo.
Hoy, en mi país, vivimos la denominada GRIETA relacionada fuertemente a la discriminación y el racismo. Una grieta generada por ideas obtenidas a partir de políticos que buscan perpetuar sus ideales y en consecuencia, sus deseos de poder.
Vale aclarar que no simpatizo ni con el Kirchnerismo, ni con el Macrismo. Simpatizo con el humanismo y la felicidad de las personas. Tengo amigos y familiares que se encuentran de un lado como del otro de ésta tan odiada grieta. Dicho ésto, continúo mi pensamiento.
¿Porque relaciono grieta con discriminación y racismo?
La grieta política que transitamos, busca discriminar a las personas entre ideales muy diferentes en torno a como llevar el país al progreso y al bienestar de la sociedad. El racismo no es mas que dar trato de inferioridad al que se encuentra del otro lado de la línea de fuego, la grieta. Y, desgraciadamente, eso viene ocurriendo hace tiempo. Como en todo en la vida, no hay que generalizar, pero en esta entrada, intento hablar de la grieta mas profunda que agrupa aquellas personas que discriminan a su par, solo por pensar diferente.
Los mejores caminos en la historia de la humanidad, los hemos tomado gracias a que las personas pensamos diferente. En base a ideas opuestas hemos concluido en las mejores alternativas. Dudar, preguntarse, buscar alternativas, es lo que nos ayuda como sociedad a observar dentro del bosque. Nadie tiene la capacidad de ver todo por sobre los demás sin que nada se le escape. Y por ello, debemos cuestionarnos hasta encontrar los mejores caminos, que vale aclarar, no serán perfectos, pero si serán los mejores que como sociedad hemos llegado a encontrar. Pero cuando nos encerramos en una burbuja que no nos permite ESCUCHAR lo que dice el otro, comienza el problema. Y aclaro una cosa, escuchar no es compartir, es simplemente escuchar. Compartir es cuando coincidimos, pero no necesariamente se tienen que dar ambas cosas. Pero lo que si esta claro, es que para poder saber si compartimos o no el pensamiento del otro, debemos ante todo, escucharnos. En el caso de que no compartamos la opinión ajena, entonces deberíamos buscar un punto de encuentro que nos permita pararnos sobre la grieta sin prejuicios ni perjuicios. Debemos RESPETARNOS.
Nadie tiene la verdad absoluta, y muchos pensamientos que tenemos vienen dados por las vivencias de cada uno en un lugar y momento de la historia. Nadie es quien para juzgar la vivencia del otro, porque son muchos los factores que pudieron haber estado involucrados.
Lo importante ante todo, es saber que antes de defender una política o un político al punto de romper relaciones sociales, debemos buscar eso tan añorado: La PAZ entre hermanos.
Sin paz, nunca llegaremos a cumplir nuestras metas.

Parece tan fácil, y a la vez imposible. Respetarnos y lograr la PAZ
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