lunes, 24 de junio de 2013

Sudando en busca de respuestas.

Vivimos en un mundo con carencia de respuestas, un mundo donde los hechos ocurren, muchas veces, sin sentido alguno, mientras un integrante mas de esta sociedad en la que armamos una historia, intenta atraer a su conocimiento necesitado de resoluciones coherentes, la solución de lo insoluble. Escava minas de conocimiento en su búsqueda del tesoro mas preciado, la respuesta. Se sumerge bajo los mares de lo desconocido, y rompe las barreras de lo inevitable, con tal de sentir esa cosa que nos produce el saber el porque de los acontecimientos. Y cuando estamos cerca de tocar aquello que tanto añoramos, una gota densa de sudor cae de nuestro rostro marcando el fin. No hay solución, no hay veredicto. Y comenzamos a suponer y a tomar como verdadero aquel pensamiento que nos dirigía y estimulaba a continuar en nuestra búsqueda. Lo asimilamos e instalamos en nuestro cerebro una semilla que comenzara a florecer el árbol de la respuesta instalada. Así, varias semillas se desarrollan en diferentes mentes, y cada una, dirige sus ramas hacia lugares distintos, para darle su conclusión a aquella pregunta que fue el producto de nuestro sudor. Y se divulga traspasando las fronteras de un mundo necesitado de respuestas. Mas luego, en un futuro no muy lejano, nace alguien que toma una fruta de uno de los arboles formados en esas mentes pasadas y decide cambiarle los colores a las hojas, logrando desvirtuar la suposición de aquel hermano que sudo por encontrar su sentencia. Y continua la historia para encontrar quien acabe la producción de arboles mentales.
Cuando uno se pregunta el porque de ciertas cosas, solo toma un fruto de esos arboles mullidos que tantas personas arrancaron de aquellos otros y fueron modificando, pero nunca sabremos, cual es el árbol que contiene la respuesta, mientras tanto, no exista alguien que decida adentrarse en aquella gota de sudor que elimino el camino inicial.
Mientras esa gota deje de significar cansancio y resinación, nunca podrás traspasar los limites de los conocimientos. Por ello, debes lograr que tu cuerpo sude y sude, hasta que un sentimiento placentero en forma de viento, seque tu rostro mostrándote la respuesta que buscabas.
Sudar es el significado del esfuerzo y la dedicacion y, mientras la causa lo amerite, sudaré.

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